En el norte de la India, en el estado de Himachal Pradesh, existe un rincón donde las montañas parecen querer tocar el cielo y el tiempo se mueve distinto, más lento. El silencio vivo y la quietud se entremezclan con las banderitas de colores al viento y los cantos tibetanos.
A los pies del Himalaya, con unas impresionantes vistas de los Dhauladhar y custodiados por bosques de cedros, se encuentran los pueblos de Dharamshala, McLeod y Dharamkhot, hogar del Dalai Lama y corazón del pueblo tibetano en el exilio.
En estas montañas hay una mezcla profunda entre historia viva y contemplación. Entre lucha y resiliencia. Cada calle parece contar una historia de pérdida, fe y renacimiento. La vida se pone cuesta arriba y cada pequeña acción del día se convierte en toda una misión.
Todo aquí invita a bajar el ritmo y volver a escuchar el sonido de lo esencial, lo profundo, lo sagrado. Eso que en India no se limita a los templos ni a las religiones, sino que está en lo más cotidiano.
Aquí uno siente que el Himalaya es mucho más que un paisaje, es un espejo donde se refleja lo invisible de cada uno de nosotros.
Durante los 12 días del retiro tendrás tiempo de profundizar en tu práctica y explorar esta zona a los pies del Himalaya.