Dicen también que hay tantas Indias como viajeros, ya que cada uno la ve a través de sus ojos. Pero solo hay una forma de vivirla y es con el corazón abierto. Por eso, la India a la que quiero invitarte no es un lugar cualquiera.
Es mi India.
La que pisé por primera vez en el 2018 sin tener ni idea de la puerta que estaba abriendo. La que he recorrido en trenes y autobuses destartalados, del sur al norte y del este al oeste. De las palmeras infinitas de Kerala a las profundas montañas del Himalaya. La India a la que siempre vuelvo.
La que me enseñó que lo importante en esta vida es hacer cosas pequeñas con amor grande.
Y yo, que al igual que tú, vengo de un mundo donde todos quieren hacer cosas grandes sin amor alguno, no puedo evitar conmoverme y agradecer cada pequeño detalle, cada regalo que este país me ha dado.
A veces me siento como una guardiana y otras, entiendo que este es mi lugar, el de la unión. La unión entre India y tú. La unión entre dos mundos.
Borra todo lo que te han contado.
Y empieza conmigo una página en blanco.