diario de la Quietud
textos atemporales escritos desde la quietud de mi jardín
ayer en un ataque de insomnio casi me compro un vuelo de solo ida hacia ninguna parte y lo vuelvo a mandar todo a la mierda. me siguen dando esos impulsos.
y me alegré de sentir ese impulso, en realidad. fue algo así como reconocerme dentro:
“oh, sigues estando ahí, intacta”.
pero hay algo que te dan la quietud y el silencio que no te da la prisa.
el impulso es como un fuego.
la quietud y el silencio son como el agua.
te llueven encima cuando todo está en llamas y vuelven a colocar cada cosa en su lugar.
así que no me compré ese vuelo de destino incierto y me acabé quedando dormida cuando ya estaba amaneciendo. tuve un sueño muy corto en el que estaba en Sri Lanka y había un terremoto, la tierra se abría por la mitad y yo me quedaba ahí quieta, al borde de un abismo.
quizá el sueño fue más largo, pero solo recuerdo eso.
a veces pienso que somos como libros escritos en un idioma muy antiguo que antes todos hablábamos pero ya nadie recuerda. por eso nos creemos tan complejos, tan indescifrables.
hay respuestas que no existen ni siquiera en los silencios.
a estas notas en el móvil las he llamado “diario de la quietud” y no sé a dónde va a llevarme tanta honestidad pero me gusta compartirla, hace que me sienta menos sola.
abrazos desde el peral de mi jardín
todo sigue en calma 🌾
todo está en calma, como pausado.
me gusta cuando las cosas están así que parece que te acarician.
también desconfío un poco, siempre siento que están a punto de estallar.
pero nos vamos entendiendo
la quietud y yo.
ahora tengo ganas de que cambie algo, como de dejarlo morir. de arrancarme algo.
o de que algo cambie en el cielo, la alineación de los planetas, el brillo de la luna, no sé, algo.
necesito que algo rompa y se haga espacio para todo lo que quiero crear.
he vuelto a soñar despierta, me imagino futuros imposibles a los que me dirijo veloz.
he vuelto a hacer las paces con la esperanza.
he vuelto a caminar descalza aunque me muera de frío en el bosque.
he vuelto a escribir.
y también hay otras cosas a las que no puedo volver:
a India, todavía.
al amor que no fue.
a esa prisa por llegar a cualquier parte.
a tener 25 años y vivir en una isla.
tal vez pueda vivir en una isla a los 30.
pero entonces será diferente.
y para que eso pase algo tiene que romperse primero, tengo que dejarlo morir.
mientras tanto todo está en calma
y eso me recuerda que somos la luz que cura el mundo
y a pesar de las heridas de estos años aquí estamos
brillando y sanando.
somos la luz que cura el mundo
ahora lo recuerdo
y me dejo brillar.
había olvidado lo frágil que es el amor.
había olvidado también que cuando alguien te mira tan de cerca que te ve por dentro puedes sentir paz o puedes sentir abismo. puedes quedarte y perderte o huir y perdértelo.
a mi también me da mucho vértigo
pero vísteme el alma
que hoy no es el día de las verdades
y se me llenan los ojos de lluvia solo con mirarte.
alguien tiene que regar los árboles del desierto
pero esta vez no quiero ser yo.
me gusta cuando dueles porque me hace sentir viva.
me gusta cuando sanas porque eso es el amor.
el Dios que todos llevamos dentro.
juro que fue real.
aunque podría haber sido un sueño. al final, los sueños y los recuerdos habitan en el mismo lugar,
son reales solo en la irrealidad de nuestra mente.
te sueño como si aún fueras a llegar.
te recuerdo porque llegaste justo a tiempo.
creímos que el amor podría soportarnos.
¿qué haces tú cuando sostienes un corazón entre las manos?
yo me asusto, me escondo
y luego me arrepiento.
tardé un rato en entender que eso es lo que me estaba pasando: el tiempo.
le puse otros nombres y le hablé con otras voces, tratando de engañarlo.
intenté ser lo que siempre había sido pero todo lo demás era ya distinto. le dije al mundo: quédate así, quieto, que yo enseguida vuelvo.
ahora creo que me demoré demasiado.
ya no escribo tanto porque solo sé hablar de lo que no tengo o de lo que me pesa. me pregunto si a ti también te ocurre lo mismo o qué tiene instagram que nos ha vuelto tan cansinos.
quiero volver a ser leve y brillante pero tal vez ya no se pueda. tal vez ya fui.
ya fuimos.
lo entendí al mirarme a un espejo y ver el tiempo reflejado en mis ojos.
el tiempo y la muerte de las cosas van de la mano.
quien no sabe morir jamás sabrá cómo vivir en paz.
ha pasado otro año raro y aquí sigo, tan absurdamente viva.
soñé un verano de quietud y silencio.
llámalo destino, llámalo casualidad -como dice la canción.
soñé un verano sin prisa y sin sol.
que no se pudiera contar.
que se desvaneciese en las pestañas del tiempo.
la más hermosa de las prisiones.
la más sincera de las estaciones.
soñé con días fugaces y besos al aire.
con la Luna anunciando tus manos.
con tus manos llenas de pena.
con la pena curada.
te soñé, cuando aún era invierno.
llegaste tan inesperado.
volviste justo a tiempo.
soñé un verano sin miedo que te contenía a ti dentro.
y yo sin saberlo.
en abril nacen las flores
y tú lloras pétalos
no es pena, mi amor
es la primavera que vuelve
y te emociona el reencuentro
toda esa lluvia no fue en vano
ahora lo sabes
cómo se habría llenado el jardín de flores
si el cielo no lo hubiera regado
lo mismo te pasa por dentro
y tú que vives con los ojos cerrados
ahora lo sabes
llega abril y lloras pétalos
y como la tierra
floreces
🌼
me pierdo en el bosque y me acerco a mí.
respiro el silencio.
a veces siento el viento, a veces soy viento.
me alejo del ruido y me acerco a mí.
vuelvo, siempre vuelvo.
en busca de un poco de piel.
cada vez menos.
el camino de mi verdad es solitario, rudo.
a veces estoy sola y a veces
soy soledad humeante de recuerdos.
me pregunto, en compañía del bosque,
cómo serán esos caminos para los demás.
¿hay verdad para ellos?
¿piensan tanto como yo?
¿se desgarran las entrañas como yo?
¿quién soy yo?
a quién le importa, responde a veces el bosque.
su voz es de terciopelo, su aliento musgo mojado.
me calma.
a nadie le importa.
soy libre.
tan libre que me asusto y quiero volver a la prisión.
demasiado tarde.
mi verdad es así y aunque quisiera sacudírmela, la camino.
todavía me giro de vez en cuando hacia atrás,
por si acaso me perdí algo.
cada vez menos.
miro al bosque y me mira.
me alejo de todo y me acerco a mí.
es silencio esto que suena a mi alrededor, al fin lo oigo todo.
poesía en el viento, en las hojas.
soy viento y soy hojas.
me fundo con el bosque.
a lo lejos campanas que anuncian la primavera.
renacer.
es el momento.
te guardo en ese lugar donde las cosas imposibles suceden
le dijo el manzano a la luna, muertito de amor por ella
una tarde cualquiera de un marzo sin año en el jardín de mi abuela
después me miró muy serio con su melena de flores al viento y me preguntó el manzano
¿has querido alguna vez de esta manera?
ya sabes… i n a l c a n z a b l e
desde entonces siempre busco la luna entre las ramas del viejo manzano,
para que a través de mis ojos
la pueda tocar
#microcuento
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